Filtros de café blanqueados frente a no blanqueados

"Y por favor, un filtro doble para los sesenta", le digo al camarero, recordando que mañana no tendré con qué hacer café.

"¿Y lo quiere blanqueado o sin blanquear?".

Otra vez mi parálisis para tomar decisiones. De qué tipo y por qué debería quererlo y cómo me decidí finalmente hablaremos en las siguientes líneas.

¿Cómo surgió el filtro de café?

La inventora del filtro de café es la alemana Melitta Bentz. Sí, Melitta. Ella inventó los filtros de papel en 1908 doblando una hoja de un bebedero (¿alguien más se acuerda del bebedero?) y dejando que el café que se estaba preparando goteara sobre ella. Melitta, que la Sra. Bentz fundó ese mismo año, fabrica ahora cafeteras de goteo, goteros y otros accesorios para el café, incluidos los filtros de papel.

Blanqueado frente a natural

Suele haber dos tipos de filtros de papel para café en el mercado: blanqueados y sin blanquear. Los filtros blanqueados son, como su nombre indica, blancos. El papel utilizado para fabricar el filtro se somete a un proceso químico que blanquea el papel natural.

En cambio, los filtros sin blanquear son marrones y no se someten a ningún proceso químico. Aunque sirven para lo mismo, hay algunas diferencias clave entre ellos.

¿Filtro de tela, de metal o de papel? Lea el artículo para conocer más opciones de filtrado del café.

¿Cómo se blanquean los filtros?

El papel utilizado para fabricar filtros blancos siempre se blanquea químicamente. Para ello se utiliza cloro u oxígeno. El cloro es perjudicial tanto para las personas que trabajan con él como para la naturaleza si se produce una fuga importante. Por ello, el oxígeno es algo más suave para blanquear el papel.

Los filtros sin blanquear, fabricados con papel natural, son por tanto más respetuosos con el medio ambiente. También suelen ser algo más baratos.

Diferentes tipos de filtros de café | uncoolcoffee.com

Pero hay otra variable. Utilizar cloro es mucho más barato que utilizar oxígeno, por lo que los filtros blancos más baratos sólo pasan por el proceso del cloro. El cloro ayuda así a los fabricantes a mantener bajo el coste final.

Pero no hay que preocuparse: en primer lugar, la cantidad de cloro en los propios filtros es prácticamente nula y, en segundo lugar, las empresas deben indicar en el envase del filtro qué método de blanqueo utilizan. El proceso consiste en una reacción entre el dióxido de azufre y el cloruro de sodio, que se une a la pulpa y las fibras del papel y elimina la lignina que hace que el papel natural tenga el color que tiene.

¿Por qué se blanquean los filtros?

Esa es la cuestión. La razón original es probablemente muy superficial. Simplemente, los filtros blancos nos parecen más bonitos e higiénicos que los filtros marrones. Y, de alguna manera, nos hemos acostumbrado a ver cosas blancas y bonitas en las estanterías, y los fabricantes lo saben.

La principal ventaja de los filtros blanqueados

En defensa de los filtros blanqueados, vale la pena añadir que no desprenden tanto sabor a papel durante la preparación como los naturales, porque se ha ido con el color durante la reacción química antes mencionada. Por lo tanto, no es necesario aclararlos tan a fondo. No obstante, recomiendo aclarar con agua caliente ambos tipos. Al fin y al cabo, hay pocas cosas peores que esperar con impaciencia una taza de una gran selección, pasar por todo el ritual y descubrir al final que estás bebiendo papel.

¿Es mejor un filtro de café blanqueado o sin blanquear?

Muchos frikis del café teorizan que los filtros sin blanquear son mejores que los blanqueados porque no utilizan tantos productos químicos en su producción. Y básicamente tienen razón.

Si se enfrentan filtros de café blanqueados y sin blanquear, por lo que sabemos hoy en día, es más probable que ganen los no blanqueados y naturales. Son más respetuosos con el medio ambiente y suelen ser más baratos.

No obstante. Sin duda, los filtros blanqueados son mejores en el sentido de que no afectan al sabor del café preparado cuando se enjuagan menos a fondo. Así que, por supuesto, la elección depende en última instancia de las preferencias de cada uno.

Personalmente, me lo ha explicado mi barista y a partir de ahora siempre tendré en cuenta el impacto medioambiental de mi elección de filtros de café. Y también los aclararé a conciencia. ¿Y usted?